Ni quiero comerme el mundo.
Tan sólo quiero saborearlo.
Tan sólo quiero saborearlo.
Quiero llenar mi mochila de vivencias, mi calendario de lugares y mis agendas de personas. Quiero en mi vocabulario nuevas palabras, entre mis objetivos nuevos idiomas y, en mi forma de hablar, la sensación de que alguna experiencia precede la esencia de todo contenido. Quiero ser de aquí y de allí. De todas y de ninguna parte. Quiero un poco de cada persona que conozca, llevarme conmigo lo mejor de ellas y dejar en ellos una pequeña parte de mí.
Y es que lo que quiero de ti, mundo, no eres tú.
Son tus experiencias.
Son tus experiencias.
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