sábado, 3 de septiembre de 2011

Elección personal


Por motivos ajenos a nuestra voluntad la tristeza puede golpear a la puerta de nuestra casa. Con todo, ella siempre necesita de nuestro consentimiento para hospedarse dentro. Pues sufrir todo el mundo sufre, pero ser y vivir triste es una elección personal.

La luz del sol penetra e ilumina nuestra casa conforme vamos abriendo las ventanas.




Así también es nuestra vida: podrá ser vivida en las tinieblas y en la melancolía, si nos encerramos en nosotros mismos, o en la luz y la alegría si, a pesar de las oscuridades normales de cada día, tenemos el coraje de enfrentar la vida, abriendo las ventanas y no trancándose en sí mismo.


No se debe olvidar que en un corazón lleno de amor no hay lugar para la soledad, pues una persona que ama, siempre tiene la presencia de alguien.

NUNCA ES TARDE

para recomenzar una vida

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